Mucho antes que Sportacus, un forzudo universal se empeño en que nos alimentáramos con comida sana para poder vencer a los malos, el marinero Popeye, que como no podía ser de otra manera, tiene una representación bastante frondosa en el mundo de los videojuegos.
Uno de mis juegos preferidos con el marinero como protagonista, es el divertidísimo arcade de gigantescos gráficos, programado por Don Priestley, en el que debemos recuperar los 25 corazones que Olivia nos ha dejado desparramados por el escenario, escalando, abriendo puertas y comiendo kilos y kilos de espinacas para recuperar fuerzas.
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