Thalia James iba a ser protagonista de una espectacular aventura gráfica a mediados de los noventa… hasta que el juego fue cancelado por culpa de la crisis del género. Más de diez años después, Thalía desempeña una labor casi legendaria como integrante del CGMS (Computer Game Maintenance Squad) un comando especial que vigila el comportamiento de los personajes de las aventuras gráficas, arregla agujeros en el argumento y controla que los objetos estén donde se supone que el jugador del mundo “real” tiene que encontrarlos.
Mientras se encuentra disfrutando de un merecido descanso, el supervisor le llama, están ante una situación de emergencia, el Lebrílope de King Quest VII ha escapado (otra vez) de su juego, y lo han visto rondando por uno de los escenarios de Discworld 2.
Cuando sólo han pasado unos días de la fenomenal entrevista de Velvet Underground a mi amigo Bruno Sol en Pixfans, hoy hemos puesto en marcha un experimento con la primera “entrevista colectiva” o “mesa redonda virtual” que se realiza en un blog, reuniendo a figuras destacadas de la prensa especializada de videojuegos de los 90, con representantes de Hobby Consolas, Super Juegos, Nintendo Acción, Loading, TodoSega y MegaSega para que los lectores del blog e internautas en general, puedan preguntar lo que siempre quisieron a estos personajes.
Si tenéis preguntas o simplemente curiosidad por saber lo que le intriga a la peña.. pasaros por Pixfans.
En el siglo pasado, existió un cantidad bastante importante de compañías de Software empeñadas en aprovecharse del trabajo de los demás, la mayoría de veces, copiando los juegos de “P a Pa” y cambiándoles el nombre (Operation Bear, por ejemplo), o en el mejor de los casos, hackeando el código original y cambiando los gráficos para que pareciera otro juego.
En los ordenadores personales, los reyes indiscutibles eran nuestros amigos de Iber Software, pero en las recreativas, la cosa estaba mucho más disputada. Una de las mayores obras maestras del hackeo y la caradurez, es este juego de Nics (no confundir con Nix, que aparecen en los “patitos”), que usando la placa de Ninja Gaiden/Shadow Warriors, hicieron una de las primeras recreativas de Dragon Ball que se vieron en los salones, por supuesto, sin licencia, y le llamaron “Dragon Bowl“.
En 1986, el mercado casero de videojuegos ya estaba inundado de licencias de películas taquilleras, empresas como Ocean, US Gold o Activision, no dejaban pasar una y se hacían con licencia tras licencia, asegurándose así unas buenas ventas sin importar la calidad del producto final. Una de estas licencias fue Cobra, la pasable pero muy divertida película de Stallone, convertida a formato jugable por Ocean, que en las versiones de Amstrad y C64, hizo una especie de Robocop, pero con gráficos mediocres e injugable (principalmente en c64), por suerte para nosotros los Spectrumeros, los capos de la compañía pusieron la versión para Sinclair en manos de Jonathan Smith, uno de los mejores programadores de la compañía, que pasando de todo, hizo una versión a su manera, que captura el espíritu de la película, pero se pasó el argumento por el forro.
¿Como un sólo héroe puede aniquilar a un ejercito y llegar al jefe sin despeinarse?, ¿porque los enemigos lo atacan de uno en uno en vez de todos a la vez?, estos son algunas de las quejas de los “final bosses” más famosos de la historia a sus “empleados” que nos llegan a través de este divertidísimo vídeo que se ha currado la gente de College Humor, y es que los pobres, ¡tienen más razón que un santo!. 😈