Hace tan sólo unos días, se cumplía el 30 Aniversario del lanzamiento del Amiga, y para celebrarlo, se me ocurrió buscar mis primeros juegos y pasar todo el día de la “onomástica amiguera” jugando con ellos.

Era evidente, que después de una intensiva y emocionante sesión, este experimento se iba a transformar en un artículo, y helo aquí.

Amiguero Principiante

A mediados de 1989, por fin logré uno de mis objetivos, ya me podía permitir “archivar” a mi querido Spectrum +2, y comprarme mi anhelado Amiga.
Gracias a cómodos plazos (creo que fueron 3), ya iba a tener la máquina de Commodore. El precio era bastante bajo, y lo era, porque era un Amiga 500, de “exposición”, que estaba en “Logos Informática”, una pequeña tienda en la que yo había trabajado de dependiente antes de irme a la mili.
150.000 pelas era lo que pagué por mi A500, que incluían un mega de memoria, disquetera externa, modulador de TV y un espectacular monitor en color, el 1081 de Commodore.
Con el ordenador, venían los típicos discos de regalo, y además me compré unos cuantos juegos en la tienda, que aunque no fueran auténticas maravillas, recuerdo con un cariño inmenso.

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Amegas (reLINE/Digitek) (1987)

A pesar de que la conversión oficial de Arkanoid llegó el mismo año a todos los ordenadores, en nuestro Amiga era habitual encontrar clones de todo, y el juego de Taito no se libró de tenerlos.

 

Uno de mis juegos preferidos, al que siempre jugábamos en la tienda era este Amebas, una maravillosa copia de Arkanoid, algo floja en sonido, pero con gráficos muy buenos y una dificultad endiablada, principalmente, porque el juego ocupaba casi toda la pantalla, con más sitios por los que escaparse la bola.

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Goldrunner (Microdeal) (1987)

Al ritmo de una increíble y pegadiza melodía de Rob Hubbard, este jodidísimo clon de vertical del Uridium con un poco de  Galaga no fue uno de mis preferidos, pero eso no importaba si lo que quería era escuchar su espectacular sonido, mezcla de voz, música y F/X (la voz iba un tanto fuera de sincronía), le hacía jugar a otro y listos.

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Pinball Wizard (Kingsoft) (1987)

Aún faltaban muchos años para que Digital Illusions me dejara boquiabierto con sus pinballs, y Pinball Wizard, a pesar de su bola de goma, el minimalismo del tablero, y esas músicas digitalizadas que se repetían a los cinco segundos, era la mejor opción para nuestros amigas.

Además, cuando uno se cansaba de el, intentabas reiniciar el Amiga con “CTRL+Amiga+Amiga” y el muy cabroncete se burlaba de ti.
¡La de partidas a varios jugadores que me habré echado con este juego!
Como nota curiosa, el programador sacó una versión retocada, en 1990, pero no era más que el mismo juego con una disposición de los elementos del tablero distinta.

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Battle Chess (Interplay/Electronic Arts) (1988)

Yo nunca he sido de los que les guste pasar las horas muertas con una partida de Ajedrez, pero he de reconocer, que el ver en mi Amiga como las fichas de este sesudo juego se daban de ostias en el tablero, era un espectáculo digno de ver.

Está claro que era una copia del famoso ajedrez holográfico de Star Wars, pero ¡A quien demonios le importa eso cuando ves moverse a las fichas!

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Hybris (Cope-Con/Discovery) (1988)

Mata-marcianos.. mi género preferido junto a los coches, y el que tiene mejores representantes en Amiga. Hybris era como tener un clon de Terra Cresta en casa, y a pesar de que su secuela, Battle Squadron, estaba aún más currada, al no tener ese “ensamblaje de partes” presente en Hybris, y que me volvía loco, (a pesar de que me mataban más de una vida intentando coger las partes de la nave), no me gustaba tanto como este.

Por cierto, a Hybris se juega de maravilla con un Dual Shock usando el analógico, por lo menos, yo he llegado más lejos en una partida de lo que recuerdo haber llegado con el Amiga.

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Barbarian (Psygnosis) (1987)

Un año antes de que el divertido Barbarian de Palace se pasara por el Amiga, Psygnosis estrenaba su “Bárbaro” en las máquinas de 16 Bits. El juego, era una cosa rara, una especie de aventura arcade con uno de los sistemas de control más extraños que me he echado en cara.
Imaginaos un juego de acción que se pueda controlar por íconos, esto era Barbarian. La pena es que este control y el juego en general iban un poco a su rollo, y a veces el personaje caminaba solo, o los enemigos nos aparecían encima de la nada, o sea.. injusto de la leche, pero no había mayor placer, que pulsar el botón de abandonar cuando uno estaba harto del juego, y ver al guerrero clavar su espada en el suelo y correr como alma que lleva el diablo.

El sistema, parece que les gustó a Psygnosis, que un año después lanzarían Obliterator, un juego con el mismo control pero con muchos menos bugs. Por fortuna, la segunda parte, ya incorporó un control mucho más mundano para el tipo de juego.

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Capone (Actionware) (1988)

En el 88, con Operation Wolf en la calle, los juegos de pistola estaban de moda.

Una pequeña compañía llamada Actionware encontró la manera de modificar las pistolas de NES para que funcionaran en Amiga, y crearon cuatro juegos para estas pistolas modificadas.

Uno de ellos, era el simpático Capone, con gráficos sosetes, fondos maravillosos, y por suerte para mi, opción para jugar con ratón y masacrar a cuanto mafioso se cruzara en mi camino.

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Marble Madness (Electronic Arts) (1986)

Muchos años antes de las recopilaciones de Atari Classics que inundaron las consolas de 32 Bits, Electronic Arts se marcó esta maravilla para 16 Bits, quizás la mejor conversión de recreativa a la que he jugado en mi vida.

MM para Amiga no sólo respetaba los gráficos, sonido y jugabilidad del original, sino que respetaba el control, dando opciones alternativas como el control con Joystick, Mouse, o el Trackball, igual que en la recre, y encima, podíamos jugar a un soberbio modo de dos jugadores simultáneos, fastidiando al otro, de buen rollete, lanzándolo a las fauces de precipicios y enemigos que iban a por todas las canicas que pudieran.

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Garrison (Digital Dreams/Rainbow Arts) (1987)

Si bien nos quedamos con las ganas del primer Gauntlet, en Amiga tuvimos algunos clones ilustres. Al que más partidas me pegué fue a Garrison, una de esas copias descaradas que tan bien se les daban a Rainbow Arts, tan divertido y bien parío” como el original, y además tenía una música sampleada muy molona (aunque corta, claro).

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Falcon (Rowan/Spectrum Holobyte) (1989)

Mi primer simulador de vuelo de 16 Bits, también fue el que me enseñó una valiosa lección, ¡Compra originales cenutrio!, Y es que para disfrutar con una maravilla como Falcon, uno tenía dos opciones, ir copiando una a una las teclas usadas para el juego y montarse una guía de referencia, y aún así no íbamos a entender muchas de las funciones, o comprar el precioso original con frondoso manual que nos ponía las cosas más fáciles.

A partir de Falcon, si me molaba un simulador de juego, ahorraba y me lo compraba, y punto.

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Phalanx (Amiga Artists/Kingsoft) (1987)

Quizá uno de los peores juegos que tuve al principio, sino el peor, fue este simplísimo mata-marcianos de Kingsoft, digno de ocho bits.
Jugabilidad mediocre, oleadas completamente aleatorias, y la infaltable Bouncing Ball como enemigo, para que nos quedara claro que estábamos jugando en un Amiga.

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Test Drive (DSI/Accolade) (1987)

Primer juego de coches en 3D que aparecía en nuestro Amiga, e inicio de una serie legendaria, que hasta hace unos años aguantó un mano a mano con los Need For Speed, Test Drive fue pionero en realismo y en usar modelos de coches reales. Por desgracia sólo tenía una pista y a pesar de que llevábamos auténticos bólidos, había que ser bastante conservadores sino queríamos acabar con el coche destrozado.

Pero sin duda, lo que molaba en serio de este juego, era simplemente cargarlo y disfrutar de su intro con el legendario Accolade Presents y las animaciones de los coches arrancando, ¡La de gente boquiabierta que habrá dejado esa intro!

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Great Giana Sisters, The (Time Warp/Rainbow Arts) (1988)

Uno de los mejores clones de Super Mario Bros jamás programados, Giana Sisters tuvo una carrera comercial más bien corta, no por culpa de la piratería, sino por la culpa de Nintendo, que viendo que el juego era una copia casi exacta de su querido juego, demandó sin pensárselo a Time Warp (más tarde llamado Rainbow Arts), que tuvo que retirar el juego de las tiendas apenas unas semanas después de su lanzamiento. Rainbow Arts no escarmentó ni mucho menos, y siguió creando alucinantes clones como Katakis y acumulando demandas de las grandes compañías.

Aunque yo siempre fui un inútil con todos los juegos de la saga de Mario, eso no me impedía disfrutar de unas cuantas partidas a este Giana, aunque duraran más bien poco, pero ¡que gusto daba escuchar las músicas de Thomas Lopatic!

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Out Run (Probe/U.S. Gold) (1988)

Después de ver la lenta, pero muy currada conversión para Spectrum, no pude resistir la tentación de comprarme el de Amiga, aprovechando que en la tienda me salían los juegos aún más baratos por tener precios de distribuidor.

Después de la famosa intro digitalizada a la que acompañaba una pantalla de carga curradilla, que te inducía a pensar que no era más que una captura del juego, venía la triste realidad, un juego al que le faltaba suavidad por todos los lados, con un Testarossa recién salido de la sandwichera, y unas músicas de Jason C. Brooke bien realizadas, pero con una batería que sonaba peor que el organillo del gitano con la cabra, vaya, una decepción, y las 500 pelas peor invertidas de mi vida.

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Hollywood Poker (reLINE/Digitek) (1987)

Aunque el que más jugué fue a la versión Pro del juego, lo cierto es que este Póker fue algo alucinante en su momento.

Las chicas digitalizadas a todo color, eran las culpables de que este fuera el juego que se solía poner en la tienda cuando ya no había clientes.

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Blood Money (Psygnosis/DMA Design) (1989)

Cuando alguien entraba en la tienda y quería saber como sonaba el Amiga, lo primero que hacíamos era buscar el disco del Blood Money, y la verdad, es que la peña se quedaba alucinada, ya que la intro, con esos asteroides “bailando” al son de la música digitalizada, eran una pasada.

El juego, por desgracia, como lo teníamos pirata, tenía uno de esos trainers que más que hacerte disfrutar te chafaban el juego, ya que después de perder irremediablemente las primeras partidas, por culpa del maldito giro del helicóptero, uno ponía el trainer, se lo veía entero, y nunca más lo cargabas.

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Pac-mania (Teque/Grandslam) (1988)

Es cierto, clones de Pac-man en Amiga los hay a montones, y muy buenos, pero el mejor juego del come-píldoras para mi, siempre fue esta brutal adaptación de Teque, que incluso usaba el overscan para darnos una espectacular conversión a toda pantalla, jugable y perfecta, en mi humilde opinión, mejor que la recreativa.

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Sidewinder (Synergistic/Mastertronic) (1988)

Si Hybris era lo más parecido a tener el Terra Cresta en mi casa, disfrutar del difícil Sidewinder, era algo así como un Star Force o cualquiera de esos shooters en los que podías destrozar casi todo el decorado.

Lo malo es que era tan jodidamente difícil que casi parecía que quería nuestras monedas, y la explicación de tal alta dificultad era exactamente esa, ya que Sidewinder fue una de las recreativas de Arcadia que usaban un Amiga en su interior, por lo que seguro que heredó eso del arcade.

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Defender of the Crown (Cinemaware) (1986)

Ahhhh, Defender Of The Crown, uno de esos juegos en los que invertías horas intentando ser mejor que el contrario, y con suerte, poder rescatar alguna dama presa en un castillo para beneficiárnosla.

Este legendario juego de Cinemaware era lo más cercano a una película que se podía ver en nuestro Amiga y aunque era bastante jodidillo, eso no nos impedía cargarlo una y otra vez, y es que era un verdadero alucine, pero los expertos dicen que la de Commodore 64 es mejor.

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Sword Of Sodan (Discovery) (1988)

Si pienso en espectacular en Amiga, uno de los primeros juegos que me vienen a la cabeza es Sword Of Sodan, un Hack’N Slash de gráficos gigantescos (pero toscamente animados) y dificultad malsana que nos ganaba por los ojos y por los oídos, ya que SOS contaba con un espectacular apartado sonoro, repleto de voces y sonidos digitalizados, y  la mayoría de las veces uno seguía jugando para ver que había más adelante.

Por cierto, en un momento dado del juego, nuestro personaje se sube encima de un bichejo gigantesco, a lo Golden Axe, ¡Un año antes que el arcade de SEGA!
Una nota curiosa de la versión crakeada que tenía yo, es que aunque en el juego original, se puede elegir llevar a guerrero o guerrera, en mi copia, no importaba lo que eligiera, siempre me aparecía el primo hermano de Conan en pantalla. No fue hasta que tuve en mis manos la pésima versión de Mega Drive que pude ver el sprite femenino en acción

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Will Harvey’s Zany Golf (Sandcastle/Electronic Arts) (1989)

Originario de Apple IIGS, Zany Golf sigue siendo hoy en día, por lo menos para mi, uno de los juegos de Mini Golf más divertidos y jugables de todos los tiempos.

La personalidad única de cada hoyo, cada uno repleto de trucos para poder pasarlo (ej. la hamburguesa saltarina del segundo hoyo), esos gráficos maravillosos, todo es una gozada total, tanto que incluso le perdono que la música termine, como si se tratara de una Rock-o-la, cuando finaliza la melodía del hoyo en el que nos encontramos.

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Three Stooges, The (Incredible Technologies/Cinemaware) (1987)

Aunque Defender Of The Crown era una maravilla visual, el juego de Cinemaware que más me divertía en mis primeros tiempos era este, una cachondada protagonizada por Los Tres Chiflados, unos legendarios cómicos estadounidenses, que por aquel entonces me eran completamente desconocidos.

Desde la presentación, que nos hacía creer que habíamos cargado el DOTC, hasta cada una de las pruebas, muy jugables y divertidas hacía muy entretenido el rato que estabas con el.

¿Era acabable? No era una tarea fácil, ya que su estructura de juego de tablero, nos podía fastidiar la partida bastante, pero lo que si era seguro es que nos íbamos a reír un rato con sus gráficos y divertidos sonidos.

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Double Dragon (Binary Design/Virgin Mastertronic) (1989)

La llegada de Double Dragon a nuestros ordenadores personales fue una de las más esperadas, pero también fue una de las mayores decepciones que nos llevamos nunca. Los usuarios de MSX casi no pudieron ni cargar sus cintas, y el resto deseábamos que jamás nos hubiera cargado.
Las conversiones para 16 Bits, fueron simplemente las menos malas, de hecho, tuvimos que esperar a la conversión de Accolade para Mega Drive, para poder disfrutar en forma de este gran juego en nuestras casas, por suerte, Virgin y Binary Design se ganaron el perdón con la tremebunda versión del segundo juego de la saga.

Os preguntaréis que para que cuerno jugaba yo a esto, y la verdad es que a dos jugadores era medianamente divertido, y era un descojone escuchar las digitalizaciones de voz de las muertes, que lejos de usar las de la recreativa, estaban grabadas de nuevo, y sonaban como a alguien echando la pota.

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Magic Johnson’s Fast Break/Magic Johnson’s Basketball (Sculptured/Melbourne House) (1989)

La verdad es que el Basket siempre me ha gustado mucho más que el fútbol, y por supuesto, esos gustos se han trasladado siempre a los videojuegos. De la misma manera que recuerdo entrañablemente la liga de TV Sports Basketball que se jugaba en mi casa los fines de semana, me acuerdo de lo que llegamos a disfrutar con este arcade baloncestístico, que de hecho venía de recreativa, con un Amiga dentro, y además estaba ¡Magic Johnson!, El ídolo de cualquier aficionado que se precie.

El juego tenía unos gráficos tremendos, pero por algún extraño motivo, cargaba de disco cada vez que alguien tiraba a canasta, por suerte, era una cosa rápida, y uno se terminaba acostumbrando.

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Xenon (The Bitmap Brothers/Melbourne House) (1988)

Este es otro de mis mata-marcianos preferidos de esa época, aunque si uno lo pone ahora, se me antoja un tanto lento y tranquilo, en especial después de una partida al Sidewinder, pero eso no quita que todavía sea una gozada jugar a ritmo de la musicaza del gran David Whittaker, y ¡Es tan fácil llegar al final de fase!

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Operation Wolf (Ocean France/Ocean) (1988)

A pesar de que le faltan algunos detallitos y que no es lo mismo jugar con la uzi de la recreativa que con el ratón en casa, la conversión para Amiga perpetrada por esos magos digitales que eran Ocean France, es soberbia.

Nunca fue tan divertido y frenético un juego de este estilo en Amiga, y la verdad, es que aunque hubo buenos juegos y conversiones de recreativas similares, ninguno llegó a impresionarme tanto como este Operation Wolf.

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One-On-One (Digital Creations/Electronic Arts) (1985)

Uno de los juegos de Amiga más viejos de mi colección era esta conversión del gran juego de Commodore 64.

Aunque sus gráficos no eran muy superiores al original, el sonido digitalizado alucinante y su frenética velocidad hacían de One-On-One, carga obligada cuando un servidor tenía visitas en casa, ¡Qué divertido era!